Señales tempranas del autismo: cuándo buscar ayuda profesional

Identificar las primeras señales de Trastorno del Espectro Autista (TEA) puede ser clave para proporcionar a los niños el apoyo que necesitan desde una edad temprana. Aunque los síntomas del autismo pueden variar ampliamente, existen ciertos indicadores comunes que los padres pueden observar en bebés y niños pequeños. Estas señales no siempre significan que un niño tenga autismo, pero si persisten o dificultan el desarrollo, puede ser recomendable buscar ayuda profesional para una evaluación.

¿Cuáles son las señales tempranas del autismo?

El autismo se manifiesta de forma única en cada niño, pero ciertos patrones de comportamiento y dificultades en el desarrollo son comunes. Los primeros signos del TEA suelen observarse en áreas como la interacción social, la comunicación y el comportamiento. A continuación, algunas señales clave que los padres pueden tener en cuenta:

  • Falta de contacto visual: Desde los primeros meses, muchos bebés suelen establecer contacto visual con sus cuidadores como una forma de comunicación. En algunos casos, los bebés con TEA pueden evitar mirar a los ojos de quienes los rodean o mantener el contacto visual solo de forma breve. Esta falta de conexión visual puede ser una de las primeras señales de autismo.
  • Pocas respuestas sociales: Un niño con TEA puede no responder a su nombre o reaccionar con indiferencia ante la presencia de otras personas, incluso de sus padres o familiares cercanos. Mientras que otros bebés tienden a sonreír en respuesta a la interacción social, los niños con autismo pueden mostrar poco interés en este tipo de intercambio.
  • Retraso en el balbuceo o el habla: Los bebés suelen empezar a balbucear y experimentar con sonidos antes de decir sus primeras palabras. Si un niño tarda en balbucear, en emitir sonidos o en hablar, o si su lenguaje parece detenerse o retroceder después de haber comenzado, podría ser un signo de TEA. Algunos niños con autismo no desarrollan el lenguaje a un ritmo típico, lo que también puede afectar su capacidad de comunicación no verbal, como señalar o gesticular.
  • Intereses limitados y comportamientos repetitivos: Los niños con autismo a menudo muestran comportamientos repetitivos, como balancearse, aletear con las manos o alinear objetos. También pueden enfocarse intensamente en actividades específicas o tener un interés limitado en ciertos objetos, ignorando otros aspectos de su entorno. Aunque algunos comportamientos repetitivos pueden ser normales en la infancia, cuando son excesivos o interfieren con la vida diaria, pueden ser un indicio de TEA.
  • Sensibilidad sensorial: La hipersensibilidad a ciertos sonidos, luces, texturas o sabores también es común en los niños con autismo. Algunos pueden reaccionar de manera intensa a ruidos fuertes o a determinadas texturas en la ropa, mientras que otros buscan sensaciones repetitivas, como tocar superficies específicas o mirar objetos que giran. Estos comportamientos pueden indicar una sobrecarga sensorial, característica de algunos niños con TEA.

¿Cuándo es el momento adecuado para buscar ayuda profesional?

Si los padres observan algunas de estas señales persistentes en sus hijos, puede ser un buen momento para considerar una consulta con un profesional especializado en desarrollo infantil. No siempre es fácil diferenciar entre una característica normal del desarrollo y una señal de autismo; sin embargo, hay ciertos momentos en los que es especialmente recomendable buscar ayuda:

  • Cuando hay regresión en el desarrollo: Si un niño que anteriormente desarrollaba habilidades de lenguaje, interacción social o juego parece perderlas, esto puede ser una señal de alerta. La regresión en el desarrollo es común en algunos niños con TEA, especialmente alrededor de los 18 meses.
  • Si hay una ausencia continua de interés social: Aunque algunos niños pueden ser naturalmente más introvertidos o independientes, una falta de respuesta constante a los intentos de interacción y una falta de interés en las personas cercanas podrían indicar una dificultad en la socialización.
  • Cuando hay una preferencia marcada por actividades repetitivas: Si el niño muestra una preferencia extrema por comportamientos repetitivos o por rutinas rígidas que interfieren en su vida diaria, como no tolerar cambios en su entorno o resistirse intensamente a interrupciones, sería adecuado realizar una consulta.
  • Si el lenguaje o la comunicación no verbal están limitados o ausentes: En caso de que el niño no emita sonidos, gestos o palabras acordes a su edad, y tampoco utilice otras formas de comunicación (como mirar o señalar), esto puede ser un indicio de TEA.

El papel del diagnóstico temprano en el TEA

La intervención temprana en niños con TEA tiene un impacto positivo en su desarrollo, ayudándoles a desarrollar habilidades sociales, de comunicación y emocionales. Los profesionales, como los pediatras o los terapeutas ocupacionales, pueden realizar evaluaciones detalladas para entender el perfil único del niño y recomendar intervenciones apropiadas. Estas pueden incluir terapia de habilidades sociales, logopedia, terapia ocupacional y otros enfoques que se adaptan a las necesidades de cada niño y familia.

Buscar ayuda a tiempo es fundamental, ya que permite que los niños reciban el apoyo necesario para desarrollar su potencial y mejorar su calidad de vida. No todos los niños con signos tempranos de autismo recibirán un diagnóstico de TEA, pero el apoyo profesional garantiza que cada niño reciba las herramientas adecuadas para su crecimiento y bienestar.