24 Jun ¡Dejad que corran!
¡Nuestro fisioterapeuta habla!
En la actualidad, el ritmo frenético de vida nos impide dejar todo al azar. Todo debe estar planificado y cronometrado. Y nos hemos olvidado de lo que debe salir natural, como es el desarrollo de un bebé.

Nos inundan con plazos que han de cumplir en cada etapa, y nos impulsan a competir por ver cuál es el que lo hace primero. “Mi bebé se sienta a los 6 meses”. “Mi bebé camina a los 9 meses” …. Estas afirmaciones deberían ser anecdóticas, sin embargo, sobreestimulamos para que las etapas naturales se adelanten.
Os propongo una palabra clave: Ontogénesis Postural que es la disciplina que analiza la motricidad espontánea del bebé en los primeros meses de vida. Y, ¿por qué es importante analizarla? Porque hoy en día nos encontramos cada vez más problemas físicos relacionados con un erróneo desarrollo psicomotor, fruto de la sobreestimulación.
Según esta disciplina, el desarrollo psicomotor normal durante el primer año de vida se puede describir en las siguientes etapas (siempre poniendo en valor que el no cumplirlas no indica que no vayan a sucederse, sino que cada bebé tiene su ritmo):
Un recién nacido tiene que ser libre de crecer. Es más, es imprescindible que lo haga.
Durante el primer trimestre…
Empieza a desarrollarse la vista. Por ello, es imprescindible permitirles que puedan experimentar con el medio, dejando libres las manos y los pies, además de favorecer el movimiento del cuello.
Son indispensables los cambios de posición, puesto que los huesos del cráneo no están unidos, por lo que mantener en exceso una posición determinada puede contribuir a una conformación errónea del mismo. Esto no va a ser patológico, pero puede favorecer a diversas disfunciones futuras como problemas otorrinolaringológicos u oftalmológicos, tales como faringitis u otitis de repetición, o incluso miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Se recomienda el porteo, ya que se evita el mantenimiento excesivo en una misma posición. Asimismo, se contribuye a evitar problemas como el cólico del lactante o la deformación de las caderas.
En caso de decúbito (tumbado), son necesarios los cambios de posición para evitar deformidades craneales, pero sobre todo para contribuir a la elevación de la cabeza boca abajo, que empieza a realizarla a partir de la sexta semana.
¡Continuaremos en nuestra siguiente publicación!…
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