16 Mar La inteligencia emocional. Qué es y como potenciarla en niños
Antes de empezar…
La inteligencia emocional es la responsable de gestionar las emociones y sentimientos de cada uno. Este tipo de inteligencia interviene directamente en una buena relación con los demás.
Asimismo, la inteligencia emocional está relacionada con la capacidad de plantearse metas y objetivos que nos proponemos a nosotros mismos, con la tolerancia de frustraciones, recibir alegrías o tristezas, fracasos y triunfos, etc.

En el caso de niños y niñas, la inteligencia emocional depende de diversos factores:
- Del temperamento del niño o niña
- Del estado emocional de madres y padres, sobre todo del que mayor tiempo pase con el niño.
- Los lazos y características de las relaciones familiares.
- Las propias fortalezas del niño.
- Los antecedentes familiares.
- Los acontecimientos que haya vivido el propio niño o niña.
La inteligencia emocional se educa, se desarrolla y se estimula
La familia es el principal contexto para desarrollarla adecuadamente y asegurarnos un bienestar psicológico de los niños.
¿Cómo puedo potenciar la autoestima de un niño? Orientaciones.
Proporcionar afecto y apoyo por parte de madre y padre es esencial. También debemos dedicarles tiempo a los niños, ser cariñosos, jugar con ellos y no sustituir estos hechos por regalos materiales. Es importante construir una gran autoestima dentro de nuestros hijos y, de esta forma, reconocerán sus puntos fuertes y se sentirán seguros a la hora de enfrentarse a cualquier actividad.
Ser un buen guía al que seguir. En la primera infancia, los niños imitarán a sus familiares en todos los sentidos de nuestra vida, también con aquellos comportamientos que definen nuestra inteligencia emocional. En la adolescencia imitarán a sus iguales. Resaltar cualquier logro, por pequeño que sea. Destacar sus cualidades. No hacer ningún tipo de comparación con sus hermanos u otros niños, aunque ellos no estén delante. No utilizar etiquetas negativas.
¿Cómo puedo potenciar su inteligencia emocional?
Enseñarles a identificar y nombrar emociones: triste, alegre, enfadado, preocupado, etc. Es importante justificar siempre la causa de la emoción. Ayudarles a construir su propia fortaleza. Cada niño es muy bueno en algo en concreto. Tenemos que potenciar su punto fuerte y hacer de ellos personas con una buena autoestima.
Démosles estrategias para afrontar las dificultades de la vida sin derrumbarse. Para ello es importante que desde pequeños les ayudemos a afrontar por sí mismo los retos de cada día, a desarrollar su autonomía, tolerar frustraciones, afrontar metas, saber esperar, empatizar con los demás, saber perder, etc.
Y… Enseñarles a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. No es necesario tener mucho, ni lo mejor, ¡PARA DISFRUTAR!
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